domingo, 9 de octubre de 2011

La quiero a morir.-

Y yo que hasta ayer solo fui un holgazán y soy el guardián de sus sueños de amor, la quiero morir. Podes destrozar todo aquello que ves porque ella de un soplo lo vuelve a crear como si nada, como si nada; la quiero a morir. Ella borra las hojas de cada reloj y me enseña a pintar transparente el dolor con su sonrisa. Levanta una torre desde el cielo hasta aquí y me cose unas alas y me ayuda a subir a toda prisa, a toda prisa la quiero a morir. 
Conoce bien cada guerra, cada herida, cada ser; conoce bien cada querra de la vida y del amor también.
Me dibuja un paisaje y me lo hace vivir, en un bosque de lapiz se apodera de mi, la quiero a morir. Me atrapa en un lazo que no aprieta jamás como un hilo de seda que no puedo soltar, no puedo soltar. La quiero a morir.
Cuando trepo a sus ojos me enfrento al mar, dos espejos de agua, encerrada en cristal la quiero a morir.
Solo puedo sentarme, solo puedo charlar, solo puedo enredarme, solo puedo aceptar ser solo suyo, tan solo suyo. La quiero a morir.

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